Monday, March 27, 2006

Lucha por Dignidad

Cuando vemos los incidentes ocurridos Santiago de Chile, específicamente en la villa El Volcán II, se hace indispensable y casi obligatorio cuestionarse la lógica de las ocupaciones o tomas.

Quizás esta práctica haya tenido mucho de moda en España, cuando jóvenes “ocupas” entraban a departamentos vacíos para instalarse ahí, lograr una independencia y no seguir viviendo en la casa de sus padres. Para el caso de Chile, la situación es diametralmente diferente y el tema es preciso analizarlo desde una perspectiva de las necesidades humanas.

La respuesta es bastante simple. “Nos movilizamos por casas”. Esa fue la expresión de uno de los dirigentes que se siente postergado y pasado a llevar. Con justa razón, por la falta de un acompañamiento que vaya más allá del simple subsidio. De esta forma y siguiendo una lógica de vida, quiebran un vidrio del departamento que creen que les corresponde, le hacen un orificio a la puerta, pasan una cadena, colocan un candado y una vez más, todo Chile pudo presenciar a través de los medios de comunicación una toma.

La apropiación de terrenos eriazos es motivada por la necesidad de un lugar para vivir, pero hoy, cuando vemos que el país no es el mismo de antes, las necesidades son más exigentes y lo que se persigue ahora es una construcción digna para vivir.

Hay gobiernos que usan el concepto de acompañamiento como sinónimo de subsidio, más por razones de populismo que claridad en los conceptos. En Chile derechamente hay subsidio y no acompañamiento. Y así se asume sin rodeos, pero también existen ciertas excepciones. No me refiero a estos programas de televisión que buscan la caridad frente a las cámaras, que muchas veces son un aporte, pero más parecen “reality show” que trabajo social. Me refiero a una serie de pequeñas organizaciones que le hacen un tremendo aporte al país.

Un ejemplo es la Fundación de Trabajo en la Calle, que a partir de una labor constante con pobladores de 6 campamentos en Santiago, son capaces de establecer vínculos de confianza que permiten orientar los esfuerzos hacia una posterior valoración de los logros, entendiendo que el fin no justifica los medios.

Más allá de tener a una mujer a la cabeza del gobierno de Chile, tenemos una presidenta que estableció un vínculo con la ciudadanía, que la llevó a comprometerse con una nueva forma de hacer política, más cerca de los ciudadanos.

Muchos se preguntan cómo Michelle Bachelet no pasará por alto la institucionalidad, esa que Ricardo Lagos valoraba tanto y esa misma que tiene que ser capaz de coordinarse de forma adecuada con esta serie de pequeñas organizaciones que funcionan libres de intereses políticos y económicos.

Considerando que el gobierno entrega solamente viviendas sociales, Fundaciones como la de Trabajo en la Calle cuentan con la suficiente flexibilidad y constancia de sus voluntarios para cumplir un rol de acompañamiento, el cual contribuirá a que los propios ciudadanos construyan su dignidad y mejoren su calidad de vida.

Lucas Silva Wood

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