Wednesday, February 27, 2008

Un Sueño Americano Integrador

Durante el debate de Hillary Clinton y Barack Obama en la Universidad de Texas en Austin, el candidato demócrata señaló que luchará para que no existan dos clases de ciudadanos en los Estados Unidos, en referencia a la discriminación que los grupos latinos, especialmente quienes viven ilegales, sufren en diferentes localidades del país.

Por otra parte, sin entrar en detalles y desde la orilla del problema, los dos postulantes convergieron en la necesidad de mirar hacia América Latina, comenzando por México, con el objetivo de mantener buenas relaciones y avanzar en un trabajo conjunto que les permita ordenar el sistema de migración.

Lo más seguro es que uno de ellos dos logre llegar a la Casa Blanca. Todavía no sabemos si será la voz de la experiencia o los aires de cambios, pero lo que es claro es que una de sus grandes misiones será realinear la visión de país y lo que se entiende por el llamado sueño americano.

Los estadounidenses están permanentemente empujados por un amplio ideal de nación que les ha permitido formar una fuerte identidad como país. Estamos hablando de una serie de valores, los cuales son explicados a partir de una cierta generalidad conceptual en la cual caben todos y muchos otros quieren ingresar.

El sueño americano para los estadounidenses. Ese sería el ideal de muchos, pero la realidad económica, social y política imperante en absolutamente todo el continente americano no permite que esto se dé con facilidad.

La falta de participación, la carencia de una lucha en común, sumado al en ocasiones bajo nivel de reflexión sobre la democracia, alimentan peligrosamente el surgimiento de gobiernos corruptos y populistas en Latinoamérica. Los mismos que en la medida en que implementan sus egoístas programas, contribuyen al aumento de la pobreza, la desigualdad y frustración a partir de falsas expectativas. De esta forma es como se gesta la primera gran razón por la cual muchos dejan sus tierras y familias para embarcarse en una aventura tras el llamado sueño americano.

Es increíble ver cómo millones de latinoamericanos están dispuestos a dejarlo todo por llegar a los Estados Unidos. Muchos han sido motivados por las historias de éxitos de sus cercanos y casi todos son inspirados por la esperanza de alcanzar un sueño que por circunstancias de nacimiento no les tocó, pero que de igual forma quieren realizar a como de lugar.

En conclusión: Ser el líder de la potencia más grande del mundo conlleva derechos y deberes. Si queremos que no existan distintas clases de ciudadanos estadounidenses, es recomendable abolir las desigualdades denominativas entre americanos.

Por otra parte, el futuro gobierno de Estados Unidos no debiera conformarse simplemente con mantener buenas relaciones con sus vecinos de continente, sino que una buena estrategia de acercamiento y acierto político sería ampliar el concepto de sueño americano, a través de la implementación de un programa que contribuya a la participación y acceso a los latinoamericanos a educación y activos que les permitan dejar a un lado la pesadilla de intentar llegar a los Estados Unidos, a cambio de un verdadero sueño americano integrador.

El Diario de Nueva York
27 de febrero 2008