Sunday, September 23, 2007

¿Cómo Gobernar desde las Izquierdas sin Perder el Alma?

Dos entrevistas sobre la experiencia brasileña
Segunda Parte

José de Souza–Martins es profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Sao Paulo, fellow del Trinity Hall y profesor titular de la cátedra Simón Bolívar de la Universidad de Cambridge. Fue alumno de Octavio Ianni y su colega en la antigua Cadeira de Sociología de Florestán Fernandes. Es un experto mundial en temas relacionados con las formas de esclavitud contemporánea, además es autor de numerosos libros sobre reforma agraria, movimientos sociales, cultura y sociología en Brasil.

¿Cómo es que un partido como el PT, que afilia a más de 800 mil miembros, que elige por votación interna y directa a sus dirigentes y que llega al gobierno con una mística casi religiosa respecto de la ética política, puede ser arrastrado en una lógica de corrupción como la que actualmente está siendo desvelada?

Creo que las dos cosas merecen ser matizadas. La democracia interna del PT sólo es formalmente. La punición y la expulsión de varios miembros importantes del partido en los últimos años, es una indicación de que hay mucho de ficción en esa democracia. Es difícil sostener una democracia basada en la premisa de que hay que obedecer al grupo hegemónico y que esa obediencia bloquea el debate posterior a la decisión supuestamente colectiva, sólo porque hubo una elección. La libertad que obliga a la obediencia férrea no es libertad. El grupo hegemónico, basado en esa democracia aparente, se sintió libre para decidir por delegación e imponer al partido su específica visión de la política y de las metas políticas. En verdad, por ese medio autoritario, el PT adoptó una política muy emparentada con la dominación personal y patrimonial de los grandes oligarcas del pasado. Con la diferencia que la figura del dominador se volvió la personificación del sujeto colectivo eliminando así toda subjetividad de los miembros. Eso lo habíamos visto en los partidos comunistas durante el stalinismo. El patrimonio principal de referencia en negociaciones políticas pasó a ser el poder y no la propiedad. Las oligarquías convertían poder en dinero. El PT creó una máquina de conversión de dinero en poder. Esa es la diferencia, pero la estructura es la misma.

Más allá de la coyuntura política y de los factores contingentes que determinaron la situación actual, ¿cómo evalúa las fortalezas y debilidades de las principales instituciones republicanas?

El sistema político brasileño mantiene todavía ciertas características y determinaciones de sus orígenes en el sistema colonial. Como ha dicho Fernando Henrique Cardoso en un artículo de los años setenta, Brasil no pasó por la experiencia de la revolución de la Independencia, como ocurrió con los otros países de América Latina. La Independencia brasileña ha sido conducida como cuestión de Estado y no como cuestión de la sociedad civil. Ha sido proclamada por el mismo heredero de la corona portuguesa, el hijo del rey. Ha sido el Estado que, muy despacio, se dedicó a la formación de la sociedad civil, cosa difícil en una sociedad que tenía esclavos. Eso pasó, lo digo yo, para que justamente se mantuviera la unidad de la colonia y en cierto sentido la economía colonial y el régimen esclavista que le correspondía. Se preservó la bipolaridad del poder: la corona centralizadora con algunas características del absolutismo, de una parte, y los municipios dominados por las oligarquías terratenientes y esclavistas de otro. Todas las veces en que se propuso la democracia como solución contra la centralización del poder, aun después de la proclamación de la República, ese poder local se presentó incluso en las postrimerías de la dictadura militar, como la única base organizada para la construcción de la democracia. El republicanismo brasileño tiene ese defecto de origen. En ese sentido, el actual sistema político se ha revelado muy resistente, expresión de la masa más conformista del campo, justamente las gentes pobres. Tendríamos necesidad de modernización y modernización del sistema político quiere decir, aquí, el parlamentarismo. Pero sería un parlamentarismo de concesión a esas tradiciones arraigadas. O sea, el presidente como sustituto del emperador y por tanto, como personificación del “padre de la patria”, al mismo tiempo padre de los pobres, que es lo que se busca en Lula, por ejemplo. El primer ministro como expresión de un Brasil moderno, que es lo que se busca en Cardoso, por ejemplo. Pero todo eso depende de que se cambie y se modernice el sistema de representación política en el parlamento, la federación y la estructura municipal. Sobre todo, quizás, cambiar el sistema de voto obligatorio como forma de atenuar la propensión populista de muchos brasileños.

¿Qué razones explican la ausencia de una alianza estratégica entre las dos grandes corrientes progresistas en Brasil, como las lideradas por el PSDB y por el PT?

Hubo intentos de hacer esa alianza. Pero el PT tenía y tiene sus específicas ganas de poder. La coalición de que habla en la actualidad, por ejemplo, es temporal, funcional e instrumental. Eso sería imposible en una coalición con el PSDB, que no se sujetaría a la política de hegemonías. Por otro lado, el núcleo mayoritario del actual PT no aceptaría la hegemonía del PSDB. O sea, el leninismo del PT no va bien con el liberalismo del PSDB. Por otro lado, la izquierda en Brasil sólo se une bajo la confrontación con la derecha o bajo la dictadura.

¿Cómo influye la presencia de las iglesias y sindicatos en las políticas del PT?

Muchas de las bases del PT vienen del trabajo de las iglesias, no sólo la católica. Sobre todo por eso y por la participación muy extensa de los campesinos también ellos organizados por la Iglesia Católica, la visión del mundo de la masa de base del PT es una visión anticapitalista, pero muy lejana de la visión del mundo de los obreros más modernos (y en crisis) que son los metalúrgicos. Tampoco tienen una teoría que les permita ajustar esas diferencias. Un punto más es la fuerte presencia de sindicatos de empleados públicos en la CUT, el brazo sindical del PT. Es otra gente, sobre todo de la clase media, que vive un momento de decadencia económica. Los grupos de clase media, los intelectuales, impusieron su propia hegemonía al partido, medios escondidos por detrás de Lula y el mito de que los trabajadores tenían un partido dirigido por trabajadores. El PT se volvió un partido desarticulado no por esta crisis, sino por su heterogeneidad inconciliable. Era fácil juntarse siendo oposición, con el objetivo de llegar al poder. Pero el poder mismo ha sido la ruina de esa articulación, pues cada grupo tenía y tiene su propio proyecto de poder.

Gustavo Gordillo y Lucas Silva
La Jornada de Morelos - México
23 de septiembre 2007

Sunday, September 16, 2007

¿Cómo Gobernar desde las Izquierdas sin Perder el Alma?

Dos entrevistas sobre la experiencia brasileña
Primera Parte

Al igual que en México, fue el 2006 año de elecciones para muchos países de América Latina y el Caribe, entre ellos, Brasil. Fechadas para el 1° de octubre, en este país, el más grande de Suramérica, se puso en juego la continuidad de un proyecto de izquierda que mucho le costó llegar al Palacio de Planalto y que desde ahí, tuvo que enfrentar una serie de acusaciones en contra de miembros del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), involucrados en casos de corrupción. Uno de los factores que condujo al conflicto: la falta de alianzas y acuerdos para garantizarle a la ciudadanía una gobernabilidad adecuada.

A pesar de que fue necesario remover la cúpula del PT y destituir a importantes ministros involucrados en casos de corrupción, la economía brasilera sigue funcionando y la imagen del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva no fue perjudicada, como confirmó su reelección triunfante en la segunda vuelta. Sin embargo, es posible apreciar un desgaste marcado por las preocupaciones internas que ha obligado dejar de lado el rol de liderazgo que Brasil debería tener en la región.

La victoria por segunda vez en las elecciones presidenciales, fue exigua en lo que respecta al número de diputados, de senadores y de gobernadores. La coalición encabezada por el PT no ha podido remontar el 50 %, de tal modo que, para gobernar, ha tenido que ampliar la coalición incorporando al PMDB, el partido “cacha-todo” de José Sarney, único organismo tolerado durante la larga dictadura militar donde se agrupa un abigarrado conjunto de poderes locales y cacicazgos regionales. Otro cambio importante ha sido la profunda modificación de la base electoral del PT, otrora sustentada en los obreros industriales, las clases medias y los intelectuales de las regiones del sur de Brasil, las más desarrolladas económica, política y culturalmente. La reelección de Lula trajo consigo, como ya lo apuntaba Cándido Gryzybowski en la entrevista que nos concedió, una reconfiguración de la base electoral del PT hacia las regiones más pobres del Norte y el Nordeste, enclaves tradicionales de lo cacicazgos más regresivos. El gigantesco programa Bolsa Familia –calcado del mexicano Oportunidades- no es ajeno ha este cambio de la base electoral del PT.

Las entrevistas que a continuación presentamos, realizadas a fines de 2005 y principios de 2006, hasta ahora inéditas, cobran hoy actualidad con el sometimiento a juicio penal de algunos de los principales personajes del liderazgo histórico del PT, entre ellos el presidente del partido, ex-lider guerrillero y poderoso ministro de la Casa Civil –(equivalente a la Secretaria de Gobernación) José Dirceu, como ha quedado demostrado en el reciente congreso del PT celebrado hace unas semanas.

La experiencia brasileña, con todo y sus peculiaridades obvias, enfrenta dilemas que son comunes a las de la izquierda mexicana y latinoamericana en general, sobre todo cuando se ejerce el gobierno. ¿Cómo gobernar la pluralidad? ¿Cómo retomar la senda del crecimiento? ¿Cómo enfrentar adecuadamente la terrible marca de la desigualdad que afecta de manera desmedida a las grandes economías latinoamericanas? ¿Cómo devolverle a los ciudadanos seguridad en las calles y seguridad en su futuro? y ¿Cómo hacer ésto sin perder su perfil de izquierda?

Para desentrañar estos y otros problemas nos propusimos entrevistar a cuatro personajes representativos de las distintas sensibilidades de la izquierdas brasileña. En la primera entrega ofrecemos la visión del presidente del gobernante Partido de los Trabajadores Ricardo Berzoini, así como la de Cândido Grzybowski , filósofo y sociólogo, director de IBASE (Instituto Brasileiro de Acción Social y Económica) y uno de los principales promotores del del Foro Social de Porto Alegre, del Foro Social Mundial y miembro de su secretariado internacional.

HABLA RICARDO BERZOINI, PRESIDENTE DEL PARTIDO DEL TRABAJO

El Partido de los Trabajadores (PT), fundado en 1980, alcanzó el triunfo electoral a fines del 2002 de la mano de Luiz Inácio Lula da Silva después de tres intentos fallidos. Un par de años más tarde dicho partido sufriría la crisis más profunda de su historia.

Fue el 14 de mayo del 2005 cuando la revista Veja publica un video que involucra en un caso de corrupción al presidente del Partido Laborista (PTB) - partido que jugaba un papel central de gozne en la alianza de facto con el gobierno Lula -, el diputado Roberto Jefferson, el mismo que posteriormente denuncia que el PT ha sobornado durante 2 años a decenas de diputados. Así empieza el escándalo.

En los meses siguientes, comienzan a aparecer nuevos nombres con altas responsabilidades en esta red de corrupción, entre ellos Delubio Soares, entonces tesorero del PT; Marcos Valerio Fernandez, publicista que a través de su empresa de medios manejaba los sobornos; y hasta José Dirceu, el poderoso Ministro de la Presidencia y hombre clave en el triunfo electoral del PT, acusado por Jefferson de ser el “jefe de la mafia”.

Así los involucrados fueron implicados y obligados a renunciar, hasta llegar últimamente, al ex Ministro de Haciendo Antonio Palocci, quien fue acusado por la oposición de recibir comisiones cuando era Alcalde de Ribeirao Preto, lo cual le costó su puesto en el gobierno.

Empero la imagen del Presidente Lula no se ha visto dañada con esta crisis que él definió como “una puñalada por la espalda”.

Debido a la renuncia de la cúpula del PT se convocaron a elecciones internas para elegir al presidente y demás miembros de la dirección del PT. Ricardo Berzoini fue el candidato de la corriente 'Campo Mayoritario', a la cual pertenece Lula, y que dirige al PT. Berzoini fue el vice líder de la cámara de diputados por el PT y participó en varias comisiones legislativas. Ejerció la presidencia del partido en el estado de Sao Paulo entre 1999 y 2000.

Funcionario del Banco do Brasil, fue presidente del sindicato de trabajadores bancarios de Sao Paulo y luego primer presidente de la confederación nacional de trabajadores bancarios. Fue nombrado en el primer gabinete de Lula secretario del Trabajo. Recientemente en el último escándalo político fue vinculado con una red política que estaba comprando testimonios incriminadores de sus opositores políticos. Como consecuencia de esto fue alejado de la coordinación de la campaña aunque continuó dirigiendo el PT.

El último Congreso del PT, realizado acomienzos de septiembre de 2007, confirmó la influencia del presidente Lula , según la crónica de El País, al evitar mediante una resolución la discusión de la “reciente sentencia del Supremo que abre la puerta al procesamiento de dos ex dirigentes del partido”(José Dirceu y José Genoino) y otros funcionarios , lo cual abriría el camino a la división en las filas partidistas.

Las causas de la crisis

De las diversas acusaciones contra el PT. ¿Cuáles son a su juicio los errores reales en los cuales incurrieron algunos de sus miembros directivos?

--Hubo un sobredimensionamiento del partido, de su estructura y de sus obligaciones para proveer recursos financieros en apoyo a las campañas municipales del 2004. El PT creció muy rápidamente e intentó acompañar el ritmo de encarecimiento de las campañas políticas. Desmovilizó a su militancia, la cual comenzó a creer que lo más importante era el aparato profesional por sobre la movilización. Esto colocó en riesgo las finanzas del partido y la directiva estableció relaciones con personas que financiaban campañas, que se aproximan al partido por su presencia en el gobierno federal. Esto llevó a un proceso de finanzas no legalizadas, sin registro contable y con ilegalidades electorales.

¿Cuál es la estrategia para contrarrestar la mala imagen del PT que se ha trasmitido a través de los medios?

--Demostrar que no son errores del partido, sino de personas que erraron y fueron apartadas. Es una responsabilidad que nos está siendo endilgada.

¿Existe una crisis al interior del PT? De ser así, ¿cómo superarla?

--Hay una crisis motivada por esta sucesión de errores políticos graves. Por otro lado hay una disputa interna sobre la evaluación de nuestro gobierno y de nuestro proyecto. Muchas tendencias, más a la izquierda de nuestro partido, aseguran que el PT se desvió de sus estrategias y objetivos. Yo creo que el PT lidió con la realidad. El gobierno trató algo típico de quien gobernando tiene que dialogar con los mercados, con otros partidos y sin una mayoría en el Congreso, reconoce que no puede implantar un proyecto más avanzado. Por lo tanto, esta crisis que ya existe, si es administrada con competencia, puede llevarnos a construir, una propuesta de renovación política.

Desde ese punto de vista ¿por qué la gente habría de votar por Lula y por el PT otra vez?

--Por un balance positivo que se hace de quien tomó un país con una gran crisis económica y consiguió controlar la inflación, acelerar el proceso de desarrollo y crear más de 5 millones de empleos. Además tenemos una serie de programas sociales, incluyendo Bolsa Familia, que le dan consistencia a una estrategia social más grande.

Basado en estos logros elaboraremos un programa de gobierno que sirva para mostrar lo que se ha hecho y qué se puede hacer en un segundo mandato, con una buena situación, la cual fue construida por este gobierno, que tiene la autoridad para presentar un programa que lleve a avanzar más en los próximos 4 años.

Considerando el complicado y volátil apoyo parlamentario que Lula ha tenido hasta el momento, el cual ha dificultado enormemente su gestión y en la eventualidad de que sea reelecto, ¿cómo se podría asegurar una mejor gobernabilidad?

--En primer lugar, la reelección depende de que el pueblo lo refrende con su voto para que continúe 4 años más en el gobierno. En segundo lugar, en la medida que la campaña genere un debate con la población será posible trasmitir el mensaje que no solo se trata de votar por el presidente, sino también de asegurar una base parlamentaria alineada con los objetivos del programa de gobierno. Y en tercer lugar, reconocer que en Brasil, con el actual sistema de partidos, difícilmente algún partido tendrá la mayoría en el parlamento y que, tomando en cuenta la experiencia reciente, la gobernabilidad se construye a través de acuerdos políticos transparentes, con base programática y evitando acuerdos que involucren financiamientos de campaña entre partidos. Cada partido debe cuidar su financiamiento. El acuerdo político del parlamento tiene que ser absolutamente transparente, sin ningún tipo de margen para zonas sombrías o elementos que después puedan llevar a desvíos éticos o ilegalidades electorales.

Considerando la necesidad de una coalición política estable en Brasil para gobernar, ¿por qué nunca se dio una alianza del PT con el PSDB? ¿Es posible que esto ocurra en un futuro?

--Porque la historia nos colocó en campos opuestos. La verdad es que el PT y el PSDB tenían hasta 1993 una proximidad política en varios temas. Con la elección de Fernando Henrique Cardoso en 1994 y con el tipo de programa de privatizaciones y tendencia a menores regulaciones que Fernando Henrique Cardoso ofreció como programa de gobierno, el PT y PSDB (Partido Socialdemócrata Brasileño) fueron distanciándose cada vez más. Inclusive en la convivencia en el parlamento, el PSDB no se allanó para un proceso de negociación con la oposición, en la época liderada por el PT, el cual hubiera llevado un proceso de entendimiento más republicano, más democrático dentro del parlamento. Hoy existe una gran dificultad que tiende a tornarse insuperable, porque en elecciones siempre se pretende posicionar por separado el proyecto del PSDB y el del PT, lo que dificulta una política de alianzas.

¿Considera que ha fracaso el proyecto de izquierda en Brasil? ¿Cuáles son las nuevas propuestas para su futuro?

--Mi evaluación es que la izquierda brasilera está en un momento de desafío. Sufrió un proceso de desgaste con esta crisis, pero por otro lado tiene un patrimonio de realizaciones que mostrar y puede enfrentar políticamente el proceso electoral con base en el diálogo. La gran realización fue hecha con el proyecto del Presidente Lula y la posibilidad de dar continuidad y profundizar los cambios está en acelerar el proceso a partir del 2007.

Gustavo Gordillo y Lucas Silva
La Jornada de Morelos - México
16 de septiembre 2007

Thursday, August 23, 2007

Mar Común

En medio de la reconstrucción debido al fuerte terremoto que los azotó, muchos juristas peruanos preparan sus mejores argumentos para ganar unos cuantos kilómetros cuadrados de mar. Por otra parte, los chilenos silenciosos están con el mismo trabajo. Seguro la literatura y retórica los llevarán a presentar discursos de una extraordinaria calidad histórica, pero cuando el objetivo es dejar contento al sector más retrógradamente patriota, lamentablemente no es posible exponer los conceptos que realmente puedan construir una verdadera integración.

La historia cuenta lo que los lectores quieren leer. El pasado de encuentros y desencuentros entre Chile y Perú ha estado marcado por la subjetividad a la hora de interpretar los hechos. Los libros de historia, hoy más que nunca, están ahogados en un relativismo proporcionado por sus propios lectores. Mientras en Chile se fomenta la soberbia y desprecio por sus vecinos norteños, luego de haber ganado la Guerra del Pacífico, en Perú se alimenta el resentimiento y las ganas de cobrar una venganza.

Esta actitud es la que fomenta las rivalidades y desprecios mutuos. Un amor a la patria explicado a partir del odio a los vecinos. O quizás, un patriotismo duro que no es capaz de posicionarse después del concepto de humanidad.

Cuando se está bajo en las encuestas, una eficaz regla en la política es recurrir al nacionalismo. Según la Compañía Peruana de Investigación de Mercados, Alan García se encuentra con el más bajo nivel de aprobación desde que asumió. El Presidente no supera el 35%, lo cual sumado al 54,6% de desaprobación, obliga al mandatario a sacrificar la construcción de buenas relaciones con Chile a cambio de intentar repuntar en los sondeos. La estrategia: darle al pueblo lo que quiere, antes de que más peruanos prefieran el nacionalismo del líder de la oposición, Ollanta Humala.

Por su parte Chile no ha cambiado y no muestra ni una señal de que cambiará su posición al respecto. Para los chilenos no hay nada en discusión. La soberbia es aberrante. Se sabe que este conflicto se arrastra desde años y los gobiernos de la alianza de centro izquierda, llamada Concertación, se han despreocupado de la relación con sus vecinos, a cambio de centrar sus esfuerzos en entablar buenas relaciones económicas con prósperos países, los cuales terminan en la firma de tratados de libre comercio.

En conclusión: Por una parte estamos frente a un conflicto que se explica gracias a una necesidad política interna del Presidente Alan García para repuntar en las encuestas. Según Oscar Wilde, el “patriotismo es la virtud de los depravados”, pero está claro que muchas veces ayuda cuando se está en apuros numéricos. Ahora, seguro el programa gubernamental “Construyendo Perú”, luego del desastre producido por el terremoto, será un aporte en esta misma línea.

Por otro lado, Chile fue y sigue siendo un mal ganador de la Guerra del Pacífico. Un hecho que se explica desde la enseñanza que se entrega en las escuelas, punto clave en donde comienza el desprecio.

Chile y Perú, así como los otros países de la Región, deben apuntar hacia una integración, la cual no significa quitar ni ceder territorios soberanos, sino que más bien buscar puntos de encuentro en donde el tema de discusión no sea el lugar y ancho de la línea que separa a los países, sino las oportunidades de crecimiento y desarrollo que se pueden fomentar a través del trabajo conjunto.

Estoy seguro que antes de modificar los mapas, el desafío integrador en América Latina debe estar en, por ejemplo, incrementar el intercambio de políticas y experiencias que beneficien a todos los ciudadanos y mejoren la distribución de los ingresos; fomentar los mecanismo por los cuales más estudiantes puedan desarrollarse en otros países latinoamericanos; hacer crecer las oportunidades de trabajo, entre otras medidas. Solo así las fronteras dejarán de ser un tema de discusión.

El Diario de Nueva York
23 de agosto 2007

Wednesday, July 18, 2007

Nueva Fuerza en Venezuela

Ya se cumplen dos meses del cierre de RCTV y las consecuencias de esta arbitraria decisión todavía siguen candentes en Venezuela. Especialmente cuando a partir de este momento, la popularidad del Presidente Hugo Chávez ha caído dramáticamente. Permaneciendo todavía sobre el 50%, pero de todas formas, en su nivel más bajo. Para entender mejor el proceso y las causas, revisemos rápidamente los antecedentes.

El Presidente venezolano, luego de ganarle a la oposición y a los medios que se encontraban en su contra, alcanzó finalmente el Palacio de Miraflores, y desde ahí, se encargó de romper con el sistema de partidos políticos. Quienes están a su favor, no tenían más opción que seguir al carismático líder y vocero de su propio gobierno. Y por otra parte, a la Oposición se le hizo imprescindible esconder sus credenciales anti-chavistas, ya que de lo contrario podrían pasar a engrosar la lista Tascón, una base de datos con todos los nombres de quienes firmaron para solicitar el referendo revocatorio presidencial y que sirve como herramienta para la persecución política en Venezuela.

Con esta ruptura del sistema de partidos políticos, fueron los medios de comunicación los que comenzaron a representar el vínculo entre el gobierno y la ciudadanía, elemento que inevitablemente estorba el buen trabajo periodístico, sobre todo cuando por lo general son solamente los medios pro-chavistas los únicos invitados a cubrir la agenda del Presidente.

Este contexto político – social nos lleva a una situación mucho más grave de lo que a simple vista se puede apreciar. Cerrar hoy a un medio de comunicación es equivalente a clausurar a un partido político. Un verdadero atentado a la libertad de expresión y una amenaza a la libertad de agrupación. Pero Chávez no contaba con un nuevo e importante factor en juego: los jóvenes.

Son miles los universitarios que le están tomando el gusto a usar las calles como medio de expresión. “Nosotros no somos un partido político, sino estudiantes que defendemos los intereses de la sociedad civil”, señaló a un medio europeo la venezolana Lisa Vásquez de 19 años, es decir, una mujer que tenía 11 años cuando Chávez llegó al poder, momento en el cual no tenía nada que decir al respecto, pero hoy sí, y forma parte de una fuerte voz de lucha por la libertad de expresión, que podría representar un factor desequilibrante en el futuro de Venezuela.

En conclusión: la experiencia reciente de países como Chile donde se demostró la fuerza que pueden llegar a tener los estudiantes cuando se organizan en función de un objetivo común, sirve para estar alerta y seguir muy de cerca los movimientos de los jóvenes venezolanos.

Es de esperar que el cierre de RCTV no sea recordado como el día en que la censura llegó a los medios de comunicación, sino como el momento en que se gestó una nueva fuerza en Venezuela, que lleve a mejorar la calidad política del país y beneficie a todos los venezolanos.

Lucas Silva Wood es un periodista radicado en la Ciudad de México.

El Diario de Nueva York
18 de julio 2007

Thursday, May 31, 2007

Oposición Carente de Proposición

Días antes de la rendición de cuenta de la Presidenta Bachelet ante el Congreso Pleno y para todos los chilenos, no se hicieron esperar los duros comentarios de los diputados Darío Paya y Marcelo Forni, los cuales puede que no representen la visión de la Oposición completa, pero sí éstas vuelven a caer en el mismo error de siempre. La actitud detrás de las palabras.

Las críticas de los diputados se pasearon por todos los temas candentes del último año. Sus declaraciones fueron simplemente una evaluación personal de cómo ha actuado el Gobierno en los últimos 12 meses. Muchos podrán estar de acuerdo con el análisis de los diputados de la UDI. Muchos otros podrán estar en descuerdo. Lo que está claro es que nada nuevo se está diciendo.

Los diputados Paya y Forni, pertenecientes a la Oposición, tuvieron la notable habilidad de tocar, uno por uno, los problemas más importantes. No se les escapó el conflicto de los estudiantes, la mala educación, la desigualdad persistente y la falta de liderazgo de la Presidenta. En una casi rendición de cuentas de la UDI, éstos aprovechan estratégicamente su espacio para no hacer más que una critica destructiva a la Concertación y a Bachelet, dándome pie para hacer una pequeña reflexión sobre sus estrategias y tácticas.

Ser la Presidenta de todos los chilenos significa también ser la Presidenta de aquellos ciudadanos que integran la Oposición. La construcción de un país mejor no es tarea solamente de quienes están en el Gobierno. Éste ideal debe ser un proyecto común, el cual no necesariamente se refiere a que todos estén de acuerdo en las mismas ideas, sino que a partir del diálogo y de las discrepancias es como surge una visión de país que luego se plasma en políticas y acciones que benefician a todos los chilenos.

Es claro que en política si no se está a la ofensiva, se está a la defensiva. Me parece excepcional la estrategia comunicacional de la UDI de hacer una analogía con las palabras “rendición de cuentas” y “contar cuentos”. Realmente se nota una creatividad de sus expertos comunicólogos, pero ciertamente sus triunfos podrían ser menos infantiles si es que tuvieran la capacidad de ir un poco más allá y pensar por un momento en el Chile que quieren construir.

En conclusión: Si bien muchos estamos de acuerdo con que el pasado fue un año políticamente difícil para la Concertación y para Bachelet, el contexto ha sido muy mal aprovechado por los partidos de la derecha, quienes siguen posicionando su nombre como la “Oposición” en vez de adoptar una actitud que los lleva a construir una “Proposición” en función de un Chile mejor.

Es lamentable y evidente la ansiedad de la derecha por alcanzar el poder, pero afortunadamente hoy la ciudadanía no le entrega su voto a cualquiera. Los votantes no irán a las urnas a elegir a quien critique más, ni a quien tenga la capacidad de destruir al otro, sino que irán a levantar aquellas propuestas que realmente vayan en beneficio de construir aquel, quizás ambiguo, pero al fin y al cabo sueño de un mejor país.

Diputados Paya y Forni, a mí también me gustan los juegos de palabra y siento que cambiar la actitud de “oposición” por una que apunte hacia la “proposición” puede ser una idea un poco más constructiva para el país y seguro políticamente más rentable para sus intereses.

La Nación - Chile
31 de mayo 2007

Wednesday, May 09, 2007

Visión de 360 Grados

Rapa Nui o Isla de Pascua. Uno de los poco lugares en el mundo en donde es posible encontrar un recibimiento tan especial. Basta solamente bajarse del avión, entrar al aeropuerto y ya comienza el primer acercamiento con los isleños, a través del regalo de un collar que desde ese día marca tu pasada por la Isla.

En mi calidad de apasionado por conocer nuevos lugares y realidades, me llamó mucho la atención la calurosa acogida a los desconocidos. Fueron pocos los pasos ya fuera del aeropuerto para que se acercaran diferentes personas para invitarme a mí y a mis acompañantes, a recorrer la isla y a en definitiva empaparse con esta cultura de cientos de años, parte del Estado chileno y que muchas veces representa un mundo desconocido para nuestros compatriotas, quienes más allá de asociar a la Isla con una botella de pisco con un moai, mucha idea no se tiene de este lugar.

Es curioso y a la vez muy interesante que a menos de un día de estar por primera vez en Isla de Pascua, ya estábamos en la plaza principal, almorzando un curanto con toda la gente del pueblo. Solo tuvimos que llevar nuestra hoja de plátano para usarla como plato, una botella de vino en agradecimiento y sentados en el pasto, comiendo con la mano, comenzamos a conocer a este singular pueblo. Una situación capaz de dejar perplejo a cualquiera. Solo basta imaginarse visitar por primera vez cualquier otro lugar turístico de Chile y verse al primer día comiendo y conversando con la gente del pueblo. Algo poco frecuente.

Rapa Nui no tiene semáforos. Tampoco grandes construcciones. Uno puede visitar los diferentes moais de la Isla, los mismos que hoy están de candidatos a formar parte del selecto grupo de las 7 maravillas del mundo, y no hay ni un resort a su lado. Ni una tienda comercial, ni tampoco vendedores correteando a los turistas para que les compren algún souvenir. Simplemente uno se encuentra con los monumentos y un pequeño pedazo de madera que explica el nombre y una breve historia de lo que se está presenciando.

Pero detrás de esta simpleza para conservar sus monumentos, sumado a la gran hospitalidad hacia quienes visitan la Isla, se esconde un tremendo resentimiento. Los rapa nui son también chilenos, pero hablan de su país como algo lejano y muchas veces con un toque de desprecio. Claro, fueron los chilenos quienes llegaron a la isla y a punta de fusiles reordenaron el sistema tribal que imperaba. Luego, a partir de un acuerdo de caballeros, Rapa Nui procedió a conceder su soberanía al Estado chileno.

En una entrevista que tuve con el Alcalde de Isla de Pascua, el democratacristiano Pedro Pablo Edmunds Paoa, me comentó que ellos sí han cumplido con su parte del acuerdo, pero Chile no. Por lo mismo, los rapa nui reclaman mayor respeto a su cultura, lo cual no es más ni menos que mayor autonomía para decidir ellos el rumbo de su desarrollo y evolución.

Por otra parte, insistiéndole al alcalde, le pregunté cómo se podría lograr una mayor integración entre Chile continental e Isla de Pascua. Su respuesta fue certera: “matando a todos los Rapa Nui”, argumentando en seguida que no habrá ni una posibilidad de que Chile pueda cambiar la idiosincrasia, sistemas y visión de la vida que tienen los pascuenses.

En conclusión: Rapa Nui hoy, a través de su alcalde, tiene una interesante oferta al Gobierno de Chile, la cual apunta a la idea de potencia la isla como centro de reuniones internacionales, y centro de investigación científica. Una iniciativa que puede ser tremendamente beneficiosa para las dos partes y que realmente significa un acercamiento, pero que claramente tiene que estar basada en un acuerdo que apunte hacia la integración.

Por otra parte, no solo con Isla de Pascua, sino con todo el país, el gobierno de la Concertación tiene la dura misión de profundizar aún más su democracia territorial. No es aceptable el nivel de centralización con el que se cuenta. Fomentar la participación ciudadana es un buen avance, pero no debemos olvidar que esa idea viene de un diagnóstico que habla sobre las ganas de los chilenos por ser partícipes y dueños de su futuro, independiente del lugar de Chile en donde vivan.

La extrema centralización, ese acaparamiento de poder en pocas manos debe cambiar. Creo que sería recomendable que en su próximo viaje a Rapa Nui, las autoridades gubernamentales de Chile, visitaran el volcán Terevaka y pudieran apreciar desde la cima la espectacular vista que muestra 360 grados de horizonte y darse cuenta de que es eso lo que se necesita dentro del propio país.

La Nación - Chile
09 de mayo 2007

Wednesday, February 21, 2007

Una Frontera Vestida de Negro

Un informe de la American Immigration Law Foundation (AILF) señaló que desde 1995, se han encontrado entre 2 mil y 3 mil personas muertas en parte de la frontera de Estados Unidos con México. Estamos hablando del fallecimiento de hombres, mujeres y niños en un período de 11 años, 10 veces más que el número de víctimas que dejó el muro de Berlín en 28 años de existencia.

Pero esas son las cifras, las cuales representan un conjunto de dramáticas historias de vida. Algunas con fatales desenlaces y otras que si bien afortunadamente pudieron ser contadas, reflejan un gran sufrimiento y frustración.

La mexicana Alicia Reyes fue una de las víctimas de los llamados coyotes, despreciados personajes que a cambio de dinero ayudan a pasar a los ilegales al otro lado de la frontera. Desafortunadamente, ella fue asaltada y violada en su intento por llegar a los Estados Unidos. Hoy vive en Nueva York y su experiencia, publicada en el libro Historias de Migrantes, es una de las tantas y desagradables vivencias que se dan a diario y por las cuales se debe actuar para impedirlas.

Sin lugar a dudas, el tema de la migración es una de las claves para el desarrollo de América Latina. Son miles las personas que al no tener las suficientes oportunidades en sus países de origen, con el dolor que significa la partida, se avientan en una travesía cargada de incertidumbres y peligros.

A pesar de que el Gobierno de George W. Bush lo ha negado sostenidas veces, el tema de la migración a través de la frontera con México se está tratando como una cuestión netamente militar. Hasta el momento los esfuerzos, y por cierto los recursos, no hacen más que proteger los distintos puntos de ingreso, lo cual ha llevado a los inmigrantes a buscar nuevos y más peligrosos lugares para atravesar la línea.

Es así como las medidas defensivas, incluida la construcción de un muro, son un aporte para el desarrollo de la creatividad de quienes de todas formas intentarán llegar hasta los Estados Unidos, además de contribuir dramáticamente al grado de riesgo al cual se someten los inmigrantes ilegales.

La aprobación de la reforma migratoria en Estados Unidos es un avance para solucionar este problema que se mantiene en la agenda de los gobiernos de la Región. Especialmente a partir de la norma que permitirá a muchos no estadounidenses acceder a una visa de trabajo temporal, fundamentalmente dentro del sector agrícola. Pero estas medidas no son suficientes.

Estados Unidos podría encontrar una mejor salida al problema de la migración ilegal atacandolo desde abajo, es decir, promoviendo y contribuyendo a la implementación de políticas que mejoren el acceso de los latinoamericanos más pobres a activos productivos, capital, educación y capacitación que permitan desechar el sueño, que a veces es pesadilla, de encontrar mejores oportunidades en Norteamérica.

En conclusión: el reto está en doblar los esfuerzos para ayudar a millones de personas a superar la pobreza y la marginación. No solamente por caridad, sino por el buen negocio que estas medidas representan, ya que junto con disminuir la migración, un nuevo sector de la sociedad, que antes vivía en las sombras de la economía, se integrará a los flujos de capital, es decir, pasarán de un ciclo vicioso a otro virtuoso.

Es de esperar que las medidas de fondo para contener la migración ilegal sean tomadas lo antes posible. Las miles de personas que han muerto intentando cruzar a Estados Unidos no deben ser analizadas como una simple y fría cifra, sino como nombres y apellidos que sufrieron las consecuencias de intentar zafar de la injusticia social en la cual están inmersos. Por ellos y por los que vendrán, se debe actuar ya, e intentar ponerle fin al luto de la frontera de México con Estados Unidos.

El Diario de Nueva York
21 de febrero 2007

Foro Univisión - USA
Mugak

Saturday, January 06, 2007

Partidos por la Mitad

Para una amplia serie de países latinoamericanos, el 2006 estuvo marcado por el clima electoral. Muchos cambiaron sus gobiernos, algunos simplemente el nombre del líder y otros países, como Brasil y Venezuela, permanecerá por un siguiente período el mismo personaje.

Para el caso de Brasil, Lula ganó en segunda vuelta, por lo que se le hizo imprescindible, desde ya, presentar ciertos cambios en su estrategia de gobierno. La más notoria, la ampliación de sus alianzas con otros partidos políticos para lograr un adecuado apoyo del congreso, elemento fundamental para gobernar.

La situación que vive Venezuela, de la mano de Chávez, es completamente distinta a las otras izquierdas de la Región y con ciertas particularidades referentes a la estructura de la política partidista en las cuales vale la pena detenerse y analizar.

En una entrevista con Eleazar Díaz Rangel, Director del diario Últimas Noticias, éste me comentó sobre la problemática que tienen hoy los medios de comunicación que no son partidarios del gobierno. Durante los últimos años, su funcionamiento se ha visto entrampado y no han podido ejercer a cabalidad su función dentro de la sociedad Venezolana.

Hugo Chávez Frías, en 1999, no solo le ganó a sus contrincantes políticos para llegar al gobierno, sino que además derrotó a los medios, que en su mayoría en ese entonces, se oponían a sus propuestas. De ahí para adelante, el presidente decidió manejar las comunicaciones, entorpeciendo las labores de sus opositores y favoreciendo a quienes destacaran lo positivo de sus acciones y políticas.

Junto a estas medidas de imagen pública de la figura presidencial, Chávez se encargó de romper con el sistema de partidos. Los que estaban a su favor, fueron devorados por la impresionante capacidad del mandatario para llamar la atención, y por otra parte, los grupos de oposición han sido extremadamente débiles a la hora de organizarse y buscar consensos que vayan a favor de recuperar el escritorio principal del Palacio de Miraflores.

Si entendemos el rol de los partidos políticos como el medio de interacción que tiene la ciudadanía con quienes están en el poder, podemos apreciar que Venezuela comenzará un nuevo mandato de Chávez con el incansable problema de que son los medios de comunicación los que están jugando ese papel. Los partidos están siendo reemplazados por los medios y por cierto, éstos no cuentan con la estructura, orientación y libertades para hacer un trabajo de intermediario a esta escala.

Por otra parte, vemos que hoy Chávez tiene un liderazgo unipersonal. Es él quien se hace cargo de mantener “informada” a la ciudadanía, a través de su programa radial Aló Presidente o a partir de sus cada vez más largos discursos, con un estilo heredado directamente de su Gurú, un Fidel Castro más bien parecido al Quijote de la Mancha que sigue luchando contra los molinos en vez de hacerlos rentables para superar la pobreza y la marginación.

En conclusión: Venezuela, a pesar de tener los índices de felicidad más altos de la Latinoamérica, según el último estudio al respecto elaborado por la CEPAL, cuenta con una estructura política partidista dañada que se hace imprescindible reconstruir, en función de que realmente sean los partidos los que jueguen un papel de interlocución con el gobierno.

Que los políticos venezolanos tengan como foco de influencia solamente los medios de comunicación, no es sano para la política, considerando que la objetividad no estaría presente ni por equivocación en el ideal periodístico. Ahora, si bien para las últimas elecciones hubo un intento de reorganización, es preciso que la oposición, para tener éxito, logre una sólida base política antes de enfrentar a quien en la última elección ganó con un 61% de los votos.

Rescatar la política de partidos y establecer claras reglas del juego no solo será un aporte para quienes se oponen a Chávez, sino que también para el país completo, en la medida en que se estará frente a una clara contribución a la confianza internacional, elemento fundamental para reemplazar la estrategia que apunta a simplemente mirarse al ombligo y vivir de los altos precios del petróleo, por un crecimiento a partir del buen uso de la inversión extranjera.

La Nación - Chile
22 de enero 2007

El Diario de Nueva York
06 de enero 2007