Wednesday, February 21, 2007

Una Frontera Vestida de Negro

Un informe de la American Immigration Law Foundation (AILF) señaló que desde 1995, se han encontrado entre 2 mil y 3 mil personas muertas en parte de la frontera de Estados Unidos con México. Estamos hablando del fallecimiento de hombres, mujeres y niños en un período de 11 años, 10 veces más que el número de víctimas que dejó el muro de Berlín en 28 años de existencia.

Pero esas son las cifras, las cuales representan un conjunto de dramáticas historias de vida. Algunas con fatales desenlaces y otras que si bien afortunadamente pudieron ser contadas, reflejan un gran sufrimiento y frustración.

La mexicana Alicia Reyes fue una de las víctimas de los llamados coyotes, despreciados personajes que a cambio de dinero ayudan a pasar a los ilegales al otro lado de la frontera. Desafortunadamente, ella fue asaltada y violada en su intento por llegar a los Estados Unidos. Hoy vive en Nueva York y su experiencia, publicada en el libro Historias de Migrantes, es una de las tantas y desagradables vivencias que se dan a diario y por las cuales se debe actuar para impedirlas.

Sin lugar a dudas, el tema de la migración es una de las claves para el desarrollo de América Latina. Son miles las personas que al no tener las suficientes oportunidades en sus países de origen, con el dolor que significa la partida, se avientan en una travesía cargada de incertidumbres y peligros.

A pesar de que el Gobierno de George W. Bush lo ha negado sostenidas veces, el tema de la migración a través de la frontera con México se está tratando como una cuestión netamente militar. Hasta el momento los esfuerzos, y por cierto los recursos, no hacen más que proteger los distintos puntos de ingreso, lo cual ha llevado a los inmigrantes a buscar nuevos y más peligrosos lugares para atravesar la línea.

Es así como las medidas defensivas, incluida la construcción de un muro, son un aporte para el desarrollo de la creatividad de quienes de todas formas intentarán llegar hasta los Estados Unidos, además de contribuir dramáticamente al grado de riesgo al cual se someten los inmigrantes ilegales.

La aprobación de la reforma migratoria en Estados Unidos es un avance para solucionar este problema que se mantiene en la agenda de los gobiernos de la Región. Especialmente a partir de la norma que permitirá a muchos no estadounidenses acceder a una visa de trabajo temporal, fundamentalmente dentro del sector agrícola. Pero estas medidas no son suficientes.

Estados Unidos podría encontrar una mejor salida al problema de la migración ilegal atacandolo desde abajo, es decir, promoviendo y contribuyendo a la implementación de políticas que mejoren el acceso de los latinoamericanos más pobres a activos productivos, capital, educación y capacitación que permitan desechar el sueño, que a veces es pesadilla, de encontrar mejores oportunidades en Norteamérica.

En conclusión: el reto está en doblar los esfuerzos para ayudar a millones de personas a superar la pobreza y la marginación. No solamente por caridad, sino por el buen negocio que estas medidas representan, ya que junto con disminuir la migración, un nuevo sector de la sociedad, que antes vivía en las sombras de la economía, se integrará a los flujos de capital, es decir, pasarán de un ciclo vicioso a otro virtuoso.

Es de esperar que las medidas de fondo para contener la migración ilegal sean tomadas lo antes posible. Las miles de personas que han muerto intentando cruzar a Estados Unidos no deben ser analizadas como una simple y fría cifra, sino como nombres y apellidos que sufrieron las consecuencias de intentar zafar de la injusticia social en la cual están inmersos. Por ellos y por los que vendrán, se debe actuar ya, e intentar ponerle fin al luto de la frontera de México con Estados Unidos.

El Diario de Nueva York
21 de febrero 2007

Foro Univisión - USA
Mugak