Thursday, May 31, 2007

Oposición Carente de Proposición

Días antes de la rendición de cuenta de la Presidenta Bachelet ante el Congreso Pleno y para todos los chilenos, no se hicieron esperar los duros comentarios de los diputados Darío Paya y Marcelo Forni, los cuales puede que no representen la visión de la Oposición completa, pero sí éstas vuelven a caer en el mismo error de siempre. La actitud detrás de las palabras.

Las críticas de los diputados se pasearon por todos los temas candentes del último año. Sus declaraciones fueron simplemente una evaluación personal de cómo ha actuado el Gobierno en los últimos 12 meses. Muchos podrán estar de acuerdo con el análisis de los diputados de la UDI. Muchos otros podrán estar en descuerdo. Lo que está claro es que nada nuevo se está diciendo.

Los diputados Paya y Forni, pertenecientes a la Oposición, tuvieron la notable habilidad de tocar, uno por uno, los problemas más importantes. No se les escapó el conflicto de los estudiantes, la mala educación, la desigualdad persistente y la falta de liderazgo de la Presidenta. En una casi rendición de cuentas de la UDI, éstos aprovechan estratégicamente su espacio para no hacer más que una critica destructiva a la Concertación y a Bachelet, dándome pie para hacer una pequeña reflexión sobre sus estrategias y tácticas.

Ser la Presidenta de todos los chilenos significa también ser la Presidenta de aquellos ciudadanos que integran la Oposición. La construcción de un país mejor no es tarea solamente de quienes están en el Gobierno. Éste ideal debe ser un proyecto común, el cual no necesariamente se refiere a que todos estén de acuerdo en las mismas ideas, sino que a partir del diálogo y de las discrepancias es como surge una visión de país que luego se plasma en políticas y acciones que benefician a todos los chilenos.

Es claro que en política si no se está a la ofensiva, se está a la defensiva. Me parece excepcional la estrategia comunicacional de la UDI de hacer una analogía con las palabras “rendición de cuentas” y “contar cuentos”. Realmente se nota una creatividad de sus expertos comunicólogos, pero ciertamente sus triunfos podrían ser menos infantiles si es que tuvieran la capacidad de ir un poco más allá y pensar por un momento en el Chile que quieren construir.

En conclusión: Si bien muchos estamos de acuerdo con que el pasado fue un año políticamente difícil para la Concertación y para Bachelet, el contexto ha sido muy mal aprovechado por los partidos de la derecha, quienes siguen posicionando su nombre como la “Oposición” en vez de adoptar una actitud que los lleva a construir una “Proposición” en función de un Chile mejor.

Es lamentable y evidente la ansiedad de la derecha por alcanzar el poder, pero afortunadamente hoy la ciudadanía no le entrega su voto a cualquiera. Los votantes no irán a las urnas a elegir a quien critique más, ni a quien tenga la capacidad de destruir al otro, sino que irán a levantar aquellas propuestas que realmente vayan en beneficio de construir aquel, quizás ambiguo, pero al fin y al cabo sueño de un mejor país.

Diputados Paya y Forni, a mí también me gustan los juegos de palabra y siento que cambiar la actitud de “oposición” por una que apunte hacia la “proposición” puede ser una idea un poco más constructiva para el país y seguro políticamente más rentable para sus intereses.

La Nación - Chile
31 de mayo 2007

Wednesday, May 09, 2007

Visión de 360 Grados

Rapa Nui o Isla de Pascua. Uno de los poco lugares en el mundo en donde es posible encontrar un recibimiento tan especial. Basta solamente bajarse del avión, entrar al aeropuerto y ya comienza el primer acercamiento con los isleños, a través del regalo de un collar que desde ese día marca tu pasada por la Isla.

En mi calidad de apasionado por conocer nuevos lugares y realidades, me llamó mucho la atención la calurosa acogida a los desconocidos. Fueron pocos los pasos ya fuera del aeropuerto para que se acercaran diferentes personas para invitarme a mí y a mis acompañantes, a recorrer la isla y a en definitiva empaparse con esta cultura de cientos de años, parte del Estado chileno y que muchas veces representa un mundo desconocido para nuestros compatriotas, quienes más allá de asociar a la Isla con una botella de pisco con un moai, mucha idea no se tiene de este lugar.

Es curioso y a la vez muy interesante que a menos de un día de estar por primera vez en Isla de Pascua, ya estábamos en la plaza principal, almorzando un curanto con toda la gente del pueblo. Solo tuvimos que llevar nuestra hoja de plátano para usarla como plato, una botella de vino en agradecimiento y sentados en el pasto, comiendo con la mano, comenzamos a conocer a este singular pueblo. Una situación capaz de dejar perplejo a cualquiera. Solo basta imaginarse visitar por primera vez cualquier otro lugar turístico de Chile y verse al primer día comiendo y conversando con la gente del pueblo. Algo poco frecuente.

Rapa Nui no tiene semáforos. Tampoco grandes construcciones. Uno puede visitar los diferentes moais de la Isla, los mismos que hoy están de candidatos a formar parte del selecto grupo de las 7 maravillas del mundo, y no hay ni un resort a su lado. Ni una tienda comercial, ni tampoco vendedores correteando a los turistas para que les compren algún souvenir. Simplemente uno se encuentra con los monumentos y un pequeño pedazo de madera que explica el nombre y una breve historia de lo que se está presenciando.

Pero detrás de esta simpleza para conservar sus monumentos, sumado a la gran hospitalidad hacia quienes visitan la Isla, se esconde un tremendo resentimiento. Los rapa nui son también chilenos, pero hablan de su país como algo lejano y muchas veces con un toque de desprecio. Claro, fueron los chilenos quienes llegaron a la isla y a punta de fusiles reordenaron el sistema tribal que imperaba. Luego, a partir de un acuerdo de caballeros, Rapa Nui procedió a conceder su soberanía al Estado chileno.

En una entrevista que tuve con el Alcalde de Isla de Pascua, el democratacristiano Pedro Pablo Edmunds Paoa, me comentó que ellos sí han cumplido con su parte del acuerdo, pero Chile no. Por lo mismo, los rapa nui reclaman mayor respeto a su cultura, lo cual no es más ni menos que mayor autonomía para decidir ellos el rumbo de su desarrollo y evolución.

Por otra parte, insistiéndole al alcalde, le pregunté cómo se podría lograr una mayor integración entre Chile continental e Isla de Pascua. Su respuesta fue certera: “matando a todos los Rapa Nui”, argumentando en seguida que no habrá ni una posibilidad de que Chile pueda cambiar la idiosincrasia, sistemas y visión de la vida que tienen los pascuenses.

En conclusión: Rapa Nui hoy, a través de su alcalde, tiene una interesante oferta al Gobierno de Chile, la cual apunta a la idea de potencia la isla como centro de reuniones internacionales, y centro de investigación científica. Una iniciativa que puede ser tremendamente beneficiosa para las dos partes y que realmente significa un acercamiento, pero que claramente tiene que estar basada en un acuerdo que apunte hacia la integración.

Por otra parte, no solo con Isla de Pascua, sino con todo el país, el gobierno de la Concertación tiene la dura misión de profundizar aún más su democracia territorial. No es aceptable el nivel de centralización con el que se cuenta. Fomentar la participación ciudadana es un buen avance, pero no debemos olvidar que esa idea viene de un diagnóstico que habla sobre las ganas de los chilenos por ser partícipes y dueños de su futuro, independiente del lugar de Chile en donde vivan.

La extrema centralización, ese acaparamiento de poder en pocas manos debe cambiar. Creo que sería recomendable que en su próximo viaje a Rapa Nui, las autoridades gubernamentales de Chile, visitaran el volcán Terevaka y pudieran apreciar desde la cima la espectacular vista que muestra 360 grados de horizonte y darse cuenta de que es eso lo que se necesita dentro del propio país.

La Nación - Chile
09 de mayo 2007