Thursday, January 26, 2006

La Experiencia Adquirida

En este proceso eleccionario que están viviendo varios países de América Latina, la izquierda está adquiriendo un importante grado de relevancia que lleva a este sector político a posicionarse en una serie de gobiernos, con las constantes críticas que esto conlleva, tales como el uso del populismo como mecanismo de acción.

No debemos olvidar que la presidenta electa, Michelle Bachelet, proviene de un ala de la izquierda chilena que vivió una renovación basada, entre otros elementos, en la tolerancia y comprensión presentes en sus discursos y actuar, que los ha llevado a formar una coalición caracterizada por su diversidad y entendimiento. Con altos y bajos, pero demostrando una gran efectividad a la hora de garantizar una gobernabilidad a los chilenos.

Para los siguientes cuatro años, muchos son los desafíos que tiene Michelle Bachelet, propios de cualquier persona que asume la presidencia de un país como Chile. Y no está sola, lo cual hace que las metas establecidas sean responsabilidad de un completo equipo, de toda la Concertación.

Del Informe de Desarrollo Humano en Chile 2004, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se desprende un cierto descontento de los chilenos con la democracia. Los altos grados de presidencialismo, sumado a los pocos espacios de voz, son algunos de los factores.

Todo apunta a que el siguiente y cuarto mandato de la Concertación pondrá el énfasis en la realización de un gobierno más amable para los chilenos y con mayores grados de participación, dos objetivos que podrán ser alcanzados siempre y cuando el equipo político que sustenta el proyecto siga vigente.

Ya lo vimos en los últimos ocho meses y podremos seguir observando a ciertos sectores políticos que buscan romper con la Concertación. En las elecciones pasadas la ciudadanía votó por un pacto y es preciso que ese depósito de confianza sea retribuido con la ejecución del proyecto país que se eligió.

Con esto, uno de los grandes desafíos políticos de la Concertación es luchar por su propia existencia, la misma que es criticada por algunos y que a la vez varios países, especialmente de América Latina, se quisieran una alianza que garantice la tan preciada gobernabilidad.

Con la pronta modificación al sistema binominal, se esfumará parte importante de la base que sustenta las coaliciones de partidos en Chile. Es inevitable que surgirán las más diversas ambiciones de poder, pero siempre es bueno darle una mirada a la experiencia adquirida en estos últimos años de democracia, la cual podrá seguir un camino de profundización a partir del entendimiento que se puede lograr gracias al ejercicio de la tolerancia, piedra angular de la Concertación, del proyecto de izquierda chilena, democrática y alejada del populismo.

La Nación - Chile
26 de enero 2006

Saturday, January 21, 2006

El Sello de una Identidad*

Con una mayoría algo superior a la que obtuvo el Presidente Ricardo Lagos, Chile colocó un importante sello a su historia republicana. Por primera vez, una mujer será la Presidenta de todos los chilenos, con la serie de implicancias que este hecho tiene para el país, la gente y la alianza de centroizquierda que la apoya, más conocida como Concertación.

Todo comienza cuando Michelle Bachelet y su equipo deciden rescatar la simpleza y humanidad como elementos de campaña. Otra forma de liderazgo, más femenino, que no está marcado por quién golpea más fuerte la mesa, sino por quien es capaz de comprender y hacer más amable el gobernar. Así fue como surgió una candidatura ciudadana, que no puso el énfasis en las promesas electorales, sino en un compromiso de representación, en un marco de gobierno participativo.

Las dudas a sus capacidades no se hicieron esperar, pero la fortaleza de su estrategia, y este nuevo estilo de liderazgo, se sobrepusieron, manteniendo la confianza de la ciudadanía y demostrando la efectividad del proyecto.

Es importante destacar que desde hace ya dos elecciones que la derecha chilena está intentando llevar a cabo un cambio en la manera de hacer política. Un llamado a votar por personas y no por partidos le ha sumado popularidad a ciertas personalidades, pero no ha sido un argumento suficiente para ganar.

Con Michelle Bachelet triunfó un verdadero pacto: la Concertación. Siendo la política un juego de opciones imperfectas, es preciso contar con las alianzas necesarias para lograr mayorías y garantizar una gobernabilidad. Los chilenos creen en las personas, pero más aún, demostraron en esta segunda vuelta que confían en un proyecto país de izquierda, liderado por una mujer y respaldado por una serie de partidos políticos que conforman la Concertación.

Es de esta forma como surgen los conceptos de continuidad y cambio dentro del plan de gobierno de Michelle Bachelet, el cual pretende profundizar los logros obtenidos en los tres anteriores gobiernos de la Concertación, además de seguir trabajando por los nuevos desafíos y problemas pendientes del país, con creatividad, caras nuevas y entusiasmo.

Con el gobierno de Ricardo Lagos quedó saldada aquella cuenta que se arrastraba después de la experiencia socialista de Salvador Allende. La izquierda socialista puede llevar a cabo un proyecto exitoso de gobierno. Hoy es Michelle Bachelet quien tiene la misión política de sellar esa identidad de izquierda chilena, mostrándola a América Latina y al mundo como un proyecto viable y próspero. Con dificultades, como todo camino que se recorre, pero con la convicción de que es un proyecto que no se acaba y que gracias a su constante cambio y movimiento es por lo cual puede trascender.

La Jornada - México
Parte de columna publicada con Gustavo Gordillo, titulada "Cómo no Perder el Alma"


Saturday, January 14, 2006

Juego de Actitudes y Reconocimientos

Corría el año 1995 y como todo inquieto joven de 15 años, intruseaba el cajón del velador de mi madre, quien en esa época trabajaba en una agencia de publicidad. Quizás fue por un regalo corporativo de su empresa, de esos que hacen las grandes firmas para mantener motivados y comprometidos a sus trabajadores u otra razón que nunca llegué a saber, pero ahí estaba un pequeño taco para anotar recados, con el nombre de la compañía y abajo una frase que hasta el día de hoy me sigue ayudando a modelar ciertas actitudes.

“Quizás nunca lleguemos a alcanzar las estrellas, pero por lo menos no nos ensuciaremos las manos con barro”. Frase que en su momento no la entendí, pero al releerla me di cuenta de su fuerza y de lo necesario que es establecer desafíos desde una posición que obligue, irrefutablemente, a mirar hacia arriba.

Con el pasar de los años, un amigo me contó que existe una frase similar del respetado Oscar Wild, que dice: “Todos podemos estar dentro de las cloacas, pero solo unos pocos miramos al horizontes”. La misma idea expresada de otra forma. El mismo concepto que, tal como se puede presentar en un taco para recados telefónicos, puede ser aplicado a la vida cotidiana, social y política de un país.

Muchas veces me pregunto si es que realmente las PYMES están mirando las estrellas o bien son reconocidas por otros como agrupaciones que tienen un pequeño telescopio para divisar algo un poco más allá. Me da la impresión que no. Son las pequeñas y medianas empresas. Pequeñas y medianas porque son comparadas con las grandes, de lo contrario, tendrían otro nombre, quizás uno que pudiera representarlas mejor, que motivara con más fuerza su existir.

En este juego de comparaciones, que no es más que una aberrante demostración de poderes, lo único que se le reconoce a las ya manoseadas PYMES es que proporcionan el 80% del empleo en Chile, por lo que se torna imprescindible para el gobierno de turno, una política que evite la disminución de este porcentaje. Salvo esta importante cifra en la fuerza laboral, tanto más no se le reconoce a estas pequeñas y medianas agrupaciones.

Pero eso no es todo. Si bien el proceso de conformar una empresa conlleva una actitud emprendedora, junto con el convencimiento de que aquel sueño es posible lograrlo, llama la atención el sentimiento de pequeñez con el cual muchas PYMES se reconocen, expresado en el grito por mayores requerimiento de tipo asistencialcitas y sin asumir que también son actores de este desarrollo que se manifiesta en hechos claros como la política de apertura comercial.

El Informe de Desarrollo Humano 2004, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, expresa que los chilenos, más que nunca, quieren hoy ejercer sus individualidades y ser reconocidos como seres independientes, con derechos y responsabilidades. Un sentimiento emprendedor que se apodera del país y que la candidata de la Concertación, Michelle Bachelet, ha sabido rescatar a través de su “campaña ciudadana”.

A pesar de una reñida segunda vuelta, todo dice que será la Concertación, con su candidata socialista, quien asumirá de las manos de Ricardo Lagos la Presidencia de la República el 11 de marzo del próximo año. A raíz de la campaña ciudadana realizada por Michelle Bachelet, su plan de gobierno no está sustentado en promesas electorales, sino más bien en un trabajo conjunto y fomento del emprendimiento. Dice que esto es parte de la estrategia para superar la desigualdad en Chile, eliminando las sombras que opacan a algunos y que sirven de escondite a otros. De suceder esto, es preciso que nadie renuncie a sus motivaciones y pasiones, superando de raíz los sentimiento derrotistas, andares cabizbajos y terminar con aquellas denominaciones como PYMES que no hacen más que fomentar la pequeñez con la cual simplemente se comienza, pero que no se pretende hacer perdurar. Es de esperar que en los próximos 4 años se entienda cabalmente que detrás de las pequeñas y medianas empresas, siempre deben existir grandes y ambicioso desafíos.

La Nación - Chile